Acceso restringido sólo a clientes que compren

5/5 - (2 votos)

Todavía quedan restos de nuestra cultura ochentera, el mítico bar de «fulanito» en el pueblo al estilo Torrente que te cierra la puerta y te dice que le debes 6.000 pesetas de whisky. ¿Hasta dónde llega el derecho de admisión?


Historia basada en hechos reales

Esto que voy a contar, sucedió el pasado puente del Pilar en Arucas. Cambiaré los nombres de las personas y de las empresas pero el relato es tal cual.

Necesitaba comprar un sofá y avisé a mis padres para que me acompañaran a la zona en donde hay varias tiendas que venden sofás para elegir. Solemos ir muy a menudo a estas empresas y somos clientes desde hace muchísimos años. Entonces estábamos en el primer comercio, pero no nos terminaba de convencer y al cabo de 1 hora o 2 horas decidimos cambiarnos al local de al lado a ver si veíamos otros sofás. 

Al caminar hacía el segundo local nos encontramos con mis dos hermanos por el camino y les comenté que se vinieran para entrar al comercio y ver sofás. Entonces, eramos 5 personas en la tienda y nos gustaba mucho todo lo que veíamos…

Mi padre se acercó al mostrador para comprar un sofá, mi madre compró unos cojines, mi hermano una lámpara y mi otro hermano una mesa. 

El dueño se acercó a mi, que no había comprado nada ese día, y en lo que yo pensaba que era una broma me dijo que tenía que comprar algo, lo que fuera, unas pilas o unas bombillas o un cojín daba igual pero tenía que gastar de forma obligada. No importaba que hubiera hecho una caja de 700€ por llevar yo a las personas que me acompañaban.

Como pensaba que era una broma, no hice caso y fui al baño mientras el resto de personas compraba. Para mi sorpresa se abre la puerta del baño que no tenía cerrada y entra el dueño a decirme de nuevo que tengo que gastar y comprar algo que no me vaya del negocio sin comprar, pero me lo dice tocándome en el hombro para que le atienda y hablándome desde la puerta mientras yo estaba en el baño.

Totalmente fuera de lugar

Sin hacer caso al salir del baño vi que mi hermano estaba fuera de la tienda y decidí acompañarle para luego entrar y comprar algo. Pero aquí vino lo sorprendente: Salió el dueño de la empresa y muy alterado me dijo que le acompañara, me quería enseñar el baño que estaba sucio, por su culpa, y me recriminaba que no había gastado por lo que con un lenguaje poco adecuado decidió que yo ya no era un cliente y que no volviera por su tienda nunca más

¿Te parece una historia real?

Digamos que en realidad no era una empresa de muebles, sino dos bares en Arucas. También cambiemos a mis padres por dos amigos y a mis dos hermanos por otros dos amigos. Y que el resto es totalmente cierto. Estábamos tres personas consumiendo cuando al tiempo pensamos de ir a otro local justo al lado, sentados dentro del local, que estaba prácticamente vacío, yo imaginaba que le hacíamos un favor al crear ambiente, pues éramos 5 personas hablando y estábamos consumiendo todos menos yo, que particularmente, por estar muy cansado de viajar ese mismo día, madrugando muchísimo, no me apetecía tomar nada justo en ese instante. El comentario de «por lo menos tienes que comprar una cocacola» me sonó totalmente a broma, pero era real. Todo el resto de la historia ya la he contado y aunque intenté dialogar muy tranquilamente con el dueño diciéndole que se había equivocado, él piensa aún a día de hoy que tiene la razón.

Conclusión

Da igual que vendas mecheros, muebles, flores, etc… Siempre el consumidor puede no ser el mismo que quien toma la decisión. 

Por lo tanto, cuando tienes un negocio abierto y más en una ciudad pequeña donde todos nos conocemos o en un barrio dónde sabes que al lado tienes más negocios que son competencia, deberías tener un buen trato con tus clientes y no tener una actitud agresiva de venta.

La buena atención al cliente no es un departamento, es una actitud.