Al Pan Pan, y al Vino Vino

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Todos los días, sobre la 13:30h – 14:00h, se escuchaba la pita de un coche. Era un sonido muy singular que sonaba de la misma forma anunciando su llegada. Mi abuela me dejaba el dinero y me decía que le pidiera 2 panes grandes y 3 pequeños.

Era el panadero, quien con su furgoneta paseaba por todas las calles del centro de la ciudad y se paraba siempre en los mismos puntos. Tocaba la pita y la gente se acercaba a comprar el pan.

No tenía mucho misterio, no era un catálogo muy largo. Panes pequeños, panes grandes. Y más adelante recuerdo que tenía también pan de huevo y pan de matalauva.

Siempre al mismo precio, siempre los mismos ingredientes y el mismo sabor.

Todo igual por muchos años.

Al igual que en muchas partes del mundo tienen sus protocolos y rutinas para comer, a mi me enseñaron siempre desde pequeño a comer con el tenedor en la mano y el trozo de pan en la otra mano.

Barra de Pan Rústica Masa Madre Horneado en la Gasolinera de la esquina

De repente a los supermercados les pareció muy buena idea vender pan como reclamo para que compres otros productos. También le pareció muy buena idea a los bazares y gasolineras.

En todas las esquinas huele a horno industrial donde meten barras de pan precocinadas y le dan golpes de calor para vender pan, pero todo esto está muy lejos de ser un buen pan. En el bazar de la esquina de casa reciben por las mañanas una caja de cartón llena de barras de pan, al cual le falta solo unos minutos de horno para luego vender a la hora de la comida.

Pan NO APTO para fabadas

Como tenía que pasar por el supermercado de la esquina al salir del metro y de camino a casa, siempre entraba a comprar una barra de pan a 0,20€ y me parecia un precio ridículo.

Mamá, el pan aquí en Madrid está super barato, una barra de pan grande vale menos que el pan pequeño que dejan en casa.

Un día que calenté una lata de fabada, me di cuenta que ese pan se quedaba descompensado en calidad para poder mojar y comer rico. Así que pensé que para la próxima vez con fabada para comer, en lugar de ir a comprar el pan en el supermecado lo haría en la pastelería que estaba a pocos metros.

Cualquiera hubiera escapado de tomar semejante decisión. Lo más lógico es pedir una pistola, como creo que le llaman aquí a una barra de pan normal, pero yo le pregunté por cada una de las variedades que tenía para tener información: Pan rústico, Hogaza, de Trigo, Centeno, de Picos, Candeal, Gallega, Tahona, pan Celta, con nueces y pasas, etc..

¿Era un paraíso gourmet de pan o que?

Me llevé uno cualquiera y le dije, vendré cada día y me llevaré uno diferente porque quiero probarlos todos.

Sobra decir que estaban años luz de diferencia con la barra de pan de 20 centimos del supermercado. Esto si que era pan.

Las enormes colas de gente en las panaderías

Un fin de semana normal, me fuí a comprar el pan, aquí en el barrio tenemos localizadas unas 5 panaderías de referencia. Me refiero a panaderías y no sitios donde comprar el pan. Son las que ofrecen bastones, hogazas, camperas y más productos de calidad. Y no es casualidad que las colas que se forman a ciertas horas en estas panaderías son enormes.

Muchas personas llaman para reservar su pan, o hacen colas de 20 minutos para llevarse varias barras, pan de molde, magdalenas, palmeras, croissants. Hogazas ya partidas listas para servir y un mundo maravilloso lejos de la barra de pan estilo corcho del super o gasolinera.

Pedir pan online – Miga Bakery

Un día estabamos navegando y mientras haces scroll en instagram nos quedamos en un anuncio de un sitio en Madrid que ofrecía pedir pan a domicilio. Una web bien diseñada, simple, funcional, y un sistema de reparto con horario concreto y todo bien organizado.

Hicimos un primer pedido de varias barras de pan, hogazas y otros productos y lo organizamos para guardar en el congelador.

He de reconocer que nunca fui partidario de tener pan congelado. Pero si nada más llegar ese pan fresco, se pone bien guardado con papel de aluminio en el congelador y se saca unas horas antes de consumir, incluso dandole un poco en la tostadora, se queda espectacular.

Gracias a este servicio solemos hacer pedidos cuando tenemos celebraciones o necesitamos pan especial para una escapada de fin de semana.

Forno de Lugo, la panadería gallega que ha pasado de vender en las ferias a abrir siete tiendas en Madrid

Cerca de la zona donde estaba trabajando hace unos años hay varias panaderías muy ricas, pero un día descubrí un puesto del Mercado que le venía todos los días el Pan desde Ávila.

Sorprendentemente no fallaban ningún dia y en ocasiones habia que reservarlo, pues se empezó a hacer famoso y venía mucha gente de la zona a buscarlo.

En alguna ocasión seguro que has escuchado que en Madrid se puede conseguir vender cualquier cosa que se te ocurra, incluso el pescado más fresco recién traído de la costa.

Al leer tremendo artículo sobre esta panadería que se recorría las ferias de España, quedé impresionado con la idea de que todos los días puedas comprar en Madrid un producto que se hace en Lugo, a muchos Kilómetros de distancia.

El pan gallego que llega a Madrid todos los días: de la ruina a facturar más de 100.000 euros al mes

“Nuestro secreto es que los productos que tenemos son de una calidad increíble. Además, en Lugo no hay panaderos mediocres y en el Forno de Lugo somos los únicos capaces de traer pan recién hecho a Madrid de lunes a domingo

Aprender en casa con El Horno de Babette

Conocimos este proyecto cuando empezaba a ser muy popular en Madrid. Con una escuela para aprender y unos tipos de pan artesanales fuera de lo normal. Han ganado varios premios, como la miga de oro en 2016 y ahora tienen una tienda online integrada en la web para poder hacer pedidos. Por casualidad tenemos justo al lado de casa una de las tiendas y solemos ir a comprar también por aquí.

En uno de los programas de La Sexta equipo de investigación hablaban de la guerra del pan y como un empresario había conseguido romper el mercado con barras de pan muy baratas. Lo que no sabe la gente, que comentan en este reportaje, es la importancia de alimentarse con productos saludables, comer un pan que te permita hacer bien la digestión y no te cause problemas a largo plazo.

Conclusión

Por terminar y como punto final solo queda comentar, por si lo se había notado, que soy un sibarita del buen pan y me gusta compartirlo en un buen desayuno, una buena tostada con mantequilla o con aguacate aceite y sal, me gusta comer un buen bocadillo y cada día acompañar la comida con un trozito de pan.