Todas las mañanas tenía que subir al metro en la línea 1 para ir la trabajo. Una mañana cualquiera, estaba en el primer vagón justo al lado de la cabina del conductor. Estaba ahí casualmente por entrar justo cuando llegaba el metro o donde veía que había más espacio libre.
Normalmente siempre suelo observar de un vistazo a las demás personas, y una me llamó la atención. Era un joven con toda la cabeza afeitada, tenía un traje con chaqueta y corbata pero se notaba que no estaba nada cómodo, cuando el metro llegó a la parada de Cuatro Caminos y se paró para dejar bajar y subir a los pasajeros, este chico se levantó y se puso totalmente agresivo, daba golpes con las manos a la pared del conductor mientras le gritaba que se estaba parando más tiempo de lo normal en cada parada, que tuviera más agilidad y fuera más rápido.

Evidentemente, esta persona llegaba tarde al trabajo y estaba canalizando su furia con todos los elementos externos posibles: Atasco en la carretera, personas que cruzan la calle, calle cortada por obras, lluvia intensa, falta de aparcamiento, etc…
Cuando algo malo nos pasa, podemos buscar culpas o cargar con la queja para empresas o personas.
La queja es una de las mayores mermas de energía que puede afrontar un ser humano
¿Recuerdas el lío que se formó con la Tormenta Filomena?
Pues justo ese día, tenía billete de avión para volver a Madrid después de unos días de Navidad en Las Palmas.
No paraba de recibir mensajes comentando que la situación pintaba muy chunga.
¿Crees que podrás volar? Me preguntaban muchas personas.
Pues yo pensaba que efectivamente, lo iba a pasar muy mal en el vuelo y sería dificil, pero los vuelos continuaban funcionando. Incluso llamé a atención al cliente y me confirmaron que estaba todo bien, que hoy en día existen muchísimos sistemas para poder seguir trabajando con nieve, y me ponían el ejemplo de países como Noruega, Dinamarca, Islandia etc que suelen tener mucha nieve.
Totalmente confiado, me fui al aeropuerto y después del embarque notaba algo extraño en el ambiente, pero suponía que sería nervios por volar con tormenta y con nieve en nuestro destino. La chica que estaba justo a mi lado, después de chatear muy rápido y de forma muy intensa por el móvil, llamó por teléfono y al estar justo a mi lado pude oir toda la conversación, no estaba nada segura de volar en esta situación y estaba recibiendo los mismos mensajes que yo, de gente que le decía que la situación pintaba muy mal.
En un momento de película se levantó de su asiento y le pidió a las azafatas salir del avión, que no quería volar y se quería bajar por una urgencia. Y se fué, me dejó a mi solo en el asiento totalmente desencajado y con una tensión aun mayor. ¿Podremos llegar?
Ahora, una vez pasado todo, descubrí que cerraron todo a los 10 minutos justo de despegar el avión, así que en pleno vuelo, mirando el gps del trayecto y el rumbo que teniamos, ya estaba pensando que a Madrid no ibamos. ¿Será a Valencia? ¿Será a Málaga?
Cuando de repente por megafonía comentaron que el aeropuerto de Madrid estaba cerrado y que nos ibamos a Barcelona.
Muchos nervios, gente que tenía animales en la bodega, gente con bebés a bordo, personas que realmente tenían una situación dificil.
Al bajar del avión llamé a mi prima Andrea que esta viviendo en Barcelona, le comenté el problema y me dijo que me podía quedar en su casa. Me vi caminando con todo el resto de pasajeros y pensando en la cola que se iba a formar en la oficina de atención al cliente para poder alojarse en un hotel y viajar cuando se pueda. Los traslados en guagua desde el aeropuerto al hotel, los trámites administrativos y de comunicación para saber el horario del próximo vuelo que podíamos coger para volar a Madrid.
Y pensando en esto me desmarqué de toda la marea de gente y fuí directo a un taxi, mientras cenaba esa noche con mi prima compré un billete de tren, y mirando mucho por twitter había gente que comentaba que llegaban en tren desde Valencia y Barcelona. Pero al día siguiente al despertar pronto porque había comprado el billete de tren, las noticias decían que estaba también cerrado el acceso en tren, y ya había descartado ir en guagua porque también avisaba en la web de Alsa que estaban los accesos cortados.
En ese mismo momento compré un billete de avión de vuelta a Las Palmas.
Me despedí de mi prima y me fui al aeropuerto a las 11:00h de la mañana para pillar un vuelo a las 12:00h con destino Gran Canaria y esperar que toda esta situación se tranquilizara.
Finalmente, después de una semana de espera, pude volar a Madrid.

¿Cuántas veces te desinflas al día?
En el espacio de trabajo donde estamos, en un coworking de Madrid, solemos comprobar esa situación después de una llamada de teléfono o recibir un email o notificación.
Es esa misma expresión que te pasa al entrar en un atasco en la carretera o llegar a casa a las 21h de la noche y después de ponerte el pijama recordar que debías tirar la basura.
¿Sabes ya a lo que nos referimos?
Es suspiro que deja salir el aire y que avisa al resto de personas próximas que algo te agobia o preocupa.

Pero hay solución para este tipo de situaciones, te la cuento.
Hace unos años hicimos un curso de productividad, técnicas y trucos para conseguir ser mejor en el trabajo y en la vida misma igualmente.
Se trata de una tarea que nos marcaron para intentar hacer en una semana. Resulta que no podías quejarte en una semana, pero nada, si notabas que la puerta del portal de tu edificio fallaba, no podías quejarte ni llamar al presidente para que llame a una empresa de reformas. Tenías que comprar un 3 en 1 y solucionar el problema uno mismo. Si ves que los compañeros de trabajo están haciendo ruido, no te quejes, te levantas y les pides que cierren la puerta de su despacho o te pones auriculares con música. Si has quedado con alguien, pero está lloviendo, hace frío y prefieres no salir, no te quejes mientras vas al metro o al sitio donde hayas quedado, cancelas la cita y punto. Si entras en un restaurante y te toca ponerte justo al lado de los baños, no te quejes, te intentas sentar de forma más cómoda posible y dejar la mente en blanco mientras te tomas una rica cerveza de botella fresquita.
Advierto que es muy complicado, es casi imposible, es una práctica increíble que te abre la mente y te hace pensar.
🌵 Nada de decirle a tu pareja que tarda mucho en elegir una peli en HBO.
🌵 Nada de decirle a tus amigos que tienes muchísimo trabajo en la oficina.
🌵 Nada de hablar con tus padres y comentar que dejen de ver Telecinco.
🌵 Nada de discutir con la familia sobre si es mejor votar al verde, azul o amarillo.
🌵 Nada de comentar en una conversación que no tienes dinero para viajar o el tema que hablen.

Mundo de Mr Wonderful
La realidad es que nos quejamos continuamente todos los días de situaciones que no le ponemos remedio.
En el caso del vuelo con filomena, podía haber ido a la oficina de atención al cliente y quejarme para que me devuelvan el dinero, que me pongan un hotel de 4 estrellas y me lleven como sea a mi destino.
Ese hubiera sido un camino, pero recuerdo desviarme hacia la derecha en el aeropuerto alejandome totalmente de esa situación. ¿De verdad quería yo ponerme a reclamar? Mirando en el avión la cantidad de personas que tenían situaciones muy complicadas, los que tenían animales en la bodega, los que iban con bebés pequeñitos, quienes tenían escala o no hablan el idioma.
En esa ocasión pensé que resolver yo mismo este problema era la mejor elección. No tanto para la empresa que se quitaba un trabajo de encima. Sino por mi mismo, por no depender de otras personas o empresas para salir de una situación complicada.
Ahora piensa en todas esas cosas que te gustaría resolver: desde pintar la casa, arreglar la fachada, evitar que los perros de tus vecinos se caguen en la calle, cambiar tu situación financiera, dejar de acumular tareas en el trabajo, bajar de peso, conseguir nuevos clientes, cambiar el ordenador que tienes, aprender a programar en excel, pagar menos en la factura del teléfono…

Reservas solamente disponibles en web
El dueño de un restaurante se queja que es imposible atender todas las llamadas de teléfono que recibe para reservar mesa.
Meses antes, habíamos implementado la reserva online desde la web, donde los clientes pueden elegir sentarse en una mesa en la terraza o en interior. Hacer la reserva con días, semanas o incluso meses de antelación.
Pueden ver la disponibilidad real en todo momento en la web.
Además, esta herramienta permite comentar notas, como que es para un cumpleaños y que si sería posible llevar la tarta ellos mismos o contratar una tarta. Te manda recordatorio horas previas o días previos a tu cita e incluso la opción de cancelar online si finalmente no pudieras asistir. Posterior, te manda un mensaje de valoración del servicio, permite acumular puntos por cada visita y un largo, muy largo resumen de la cantidad de ventajas.
Pero claro, el dueño del restaurante no quería dejar de trabajar con su agenda, mezclando reservas online y reservas de teléfono, incluso reservas por email, reservas por whatsapp o reservas por redes sociales.
Entre más reservas mejor. ¿De verdad piensas eso?
El problema viene con la queja. Es el motivo de este post. Este cliente que se queja de la mala gestión, descontrol, desorganización y falta de recursos para atender las llamadas de teléfono de los clientes.
Lo que deriva a una mala experiencia de los usuarios.
Solución: filtrar todo en una única herramienta. Tanto para llamadas por teléfono, consultas por redes sociales o por whatsapp se comunica a los clientes que solamente se aceptan reservas desde la web, pues ahí es donde podrá ver en el calendario la disponibilidad real del sitio y reservar a la hora y el día que quiera.
¿Pero cómo voy a quitar yo el teléfono en mi negocio?
Este tipo de decisión y soluciones drásticas dan mucho miedo. Tanto para los negocios como para la vida en general.
En el caso de la persona que se descontroló totalmente en el metro, dando golpes y poniendose agresivo, la solución es muy simple y se trata de salir más temprano por la mañana, incluso pedir un taxi para ir directo y no llegar tarde o tener una previsión sobre si hay atasco. Puedo ir en bici, mejor voy andando hasta una parada más próxima o voy en otra línea de metro diferente.

Siempre suelen haber diferentes soluciones al problema.
Pero lo normal es subir a internet las situaciones de queja que tienes, compartir y difundir tu queja sin ponerle una solución.
Historias de Horror para no dormir
Durante los meses de cambios legales y aplicación de medidas por la pandemia, muchísimas empresas y empresarios se dedicaban a publicar quejas, contra el gobierno, contra las leyes, contra las decisiones, contra los clientes que querían poner la mascarilla obligatoria contra los que pensaban en la libertad de poder entrar al local, entre los que estaban a favor de pedir un certificado de vacunación y los que no, quejas por tener que pagar impuestos sin permitir el trabajo para tener ingresos, falta de ayudas, falta de soluciones, falta de medidas.
La solución fué una maravilla de simple, eliminé todos esos perfiles de mis contactos. Era una merma continua de queja tras queja que no aportaba nada. Ahora hoy en día, me siento en la terraza de estos sitios que tanto se quejaban y los veo llenos, repletos y pletóricos de clientes y movimiento pero en el fondo se que tienen esa tendencia a quejarse y a dejar en manos de otros el funcionamiento de su negocio.
La culpa es del Gobierno y de los ladrones de dinero público que…
Puedes encontrar muchas publicaciones de profesionales quejandose de las coutas tan altas que se pagan en España en comparación con otros países. También en los productos que deben o no tener impuesto. Te puedes quejar por el destino del dinero por parte de los políticos o que en este país hay una enorme lacra de funcionarios que no dan palo al agua y cobran más de lo normal con privilegios de la nobleza.

La decisión de hacer o no factura, trabajar sin estar dado de alta en la seguridad social o intentar siempre ir por el camino incorrecto por la constante queja del sistema, cambiarte a vivir a Andorra o poner tu empresa en Londres para intentar pagar menos.
Como si el buen funcionamiento de tu negocio o tu actividad profesional dependiera de terceros para funcionar.
Conclusión
Toda queja es una pérdida de tiempo y energía.
Si quieres tener la casa limpia, limpia.
Si quieres mejorar tu situación económica, aprende a administrarte.
Si quieres un aumento de sueldo, trabaja para conseguirlo.
Deja de quejarte y actúa para mejorar todo lo que te rodea.
