Que duro debe ser vivir rodeado de gente que siempre te da la razón.
La Casa Blanca es…
…del color que tu quieras.
Aquí voy a compartir una reflexión muy profunda y profesional, pero sobre todo personal, en referencia al branding mucho más allá de temas económicos, con respecto a lo que supone la marca para el marketing.
Me gustaría que me acompañes a reflexionar a un lado más sentimental.
Hace unos cuantos años, me leí un bonito libro que se llama «Brand Soul» y comentaba la marca en el plano más abstracto y sentimental, cómo son o quieren ser percibidas por las personas.
Sobre el título de este post, es una manera de guiar esta reflexión para poder entender también a nivel profesional y de empresa que significa rediseñar un logo, incluir un nuevo color a tu identidad corporativa o tirar abajo toda la web y comunicación por internet con tus clientes.

Cuando hace unos meses volvió Trump a la Casa Blanca y me vi esta noticia me puse a investigar.
Me imaginé a una persona, con sus ideas y sus gustos, que compra una casa y la quiere adaptar a su estilo.
¿Puedes cambiar las ventanas tradicionales de madera del casco histórico de Vegueta, Arucas, Agaete? ¿Hasta donde te permite la ley?
Y digo la ley porque existe una Ley de patrimonio histórico en donde tu no pagas IBI pero a cambio mantienes el aspecto arquitectónico de tu fachada tal cual para no romper a nivel paisajístico la tradición y arquitectura de una ciudad.

Queremos ventanas modernas, con cristales térmicos y de aluminio
Pues que haga lo que quiera con ella, si es su casa, pues que más da al final si la pinta de rosa, rojo, verde o de amarillo flúor.
Hace poco quisimos cambiar el toldo de casa, y cual es la sorpresa que hay normativas, normativas de la comunidad que no te permiten poner el toldo que tu quieras, debe tener todo una armonía, un protocolo y poner el mismo color que ha decidido en su día la finca.
Al igual que en muchas ciudades, no te permiten pintar la casa del color que te da la gana.
Es más, incluso a nivel normativo, en la Sierra Norte por ejemplo hay pueblos donde te obligan a que la vivienda tenga un tejado a dos aguas con tejas tradicionales y no puedes poner pizarra o una azotea plana.
Al igual en algunos pueblos de Ávila, las casas también deben cumplir una normativa y tradición en algunos lugares donde se usa la piedra vista como elemento de construcción.
Soy el Presidente, y aquí mando yo
-Señor presidente, no podemos cambiar el color de CocaCola al verde, la coca cola es color rojo.
-Cómo que no, yo soy el presidente y aquí se hace lo que yo diga, que para eso la empresa es mía.
Cuando hablamos de branding, el color no es simplemente una cuestión estética. Es mucho más que eso.
El color tiene la capacidad de construir reconocimiento inmediato, despertar emociones y posicionar a una marca en la mente del consumidor de forma casi automática. Tanto es así, que algunas marcas han llegado a proteger legalmente sus colores como parte de su identidad.
Un ejemplo clásico es The Coca-Cola Company : su rojo intenso es tan reconocible que ha llegado a ser sinónimo de la marca en cualquier parte del mundo.
Lo mismo sucede con Barbie ® , que ha registrado su famoso rosa (Pantone 219C) como símbolo de su universo.
Tiffany & Co. tampoco se queda atrás; el elegante azul turquesa (Pantone 1837C) es ahora un icono del lujo y la exclusividad.
Y por último, Oreo, que protege el tono de azul (Pantone 293C) que viste sus envoltorios y su comunicación.




¿Existe alguna ley también que pueda proteger las marcas?
Es una tremenda tragedia, las decisiones tan pésimas que se toman al comprar y vender una empresa.
Recuerdo muchos casos como el de la famosa y maravillosa aplicación de Wunderlist, una app alemana que compró Microsoft y la eliminó por completo obligandote a que pasaras a usar microsoft to do.
💩 Una mierda pa tu culo.
Pensé sinceramente cuando pasó esto, y lo mismo cuando compró Skype.
Con lo perfecto que funcionaba Skype para videollamadas, hasta que lo compró Microsoft y empezó a hacer cambios ridículos.
Me imagino que hubiera sido de esta marca en la pandemia si hubieran continuado siendo la herramienta favorita para las videollamadas, antes de entrar en juego zoom.
Volviendo al tema, a veces veo casos como este en relación a negocios y me pone muy triste.
En Arucas, en el barrio, hay muchos negocios que van pasando de dueños, algunos respetan el nombre del sitio, como el famoso Chaplin, otros como el Gótico han ido cambiando en los últimos años y ya no sabes ni qué nombre tiene ni que ofrecen ni quienes son los dueños.
Esto es a nivel más local, pero cuando hablamos de marcas más reconocidas como puede ser Agua de Firgas, Tropical, Tirma, Binter…
¿Podrá llegar una empresa de fuera y comprar Hiperdino, y cambiar el logo, color corporativo y así toda la filosofía de la empresa?
Si tu lo que quieres es una empresa, ¿por qué compras una marca?
Es decir, si tu lo que quieres son los clientes, la maquinaria, los trabajadores y el know how que hay detrás de una empresa, ¿qué motivo tienes para cambiar el logo, el color y toda la filosofía como si fuera una empresa nueva o diferente?

Esto es muy curioso, y suele pasar también cuando una empresa pasa a ser herencia de padres a hijos, es un tema muy delicado porque las nuevas generaciones necesitan aportar valor y poner algo suyo en la empresa.
¿Imaginas a la hija de Amancio cambiando el nombre de Zara o su identidad corporativa? ¿Imaginas a la hija de Roig cambiando el nombre de Mercadona o sus colores corporativos?
No, no lo hacen.
No lo hacen porque hay asesores y personas inteligentes que conocen lo que supone el valor de una marca.



Como la Casa Blanca.
Cada presidente con una web diferente.
Pintar la casa blanca de color naranja porque tu eres el presidente y ese es tu color favorito es un atentado contra todo lo que representa, por mucho que seas ahora el dueño de la casa, empresa o marca. Con respecto a esto último yo a veces pienso que debería también existir una ley en la que algunas marcas pasen a ser reconocidas como patrimonio, como denominación de origen o que tengan algo de protección para que no pueda venir cualquier empresa o empresario que compre la compañía y le pueda cambiar el logo, nombre, color y casi toda la identidad gráfica.
Hacerlo es tirar piedras contra tu propio tejado.
Y te confieso que son varias las empresas a las que he visto muy de cerca pintar la casa blanca de su color favorito.
La gente que va a un bar no pide una bebida refrescante de cola, cuyo color es naranja y no conoce el logo.
Pide una Coca Cola.
Y si cambias eso, cambias todo.